INSTITUTO PARA EL CAMBIO GLOBAL. FUNDACION WITAICON

domingo, 31 de mayo de 2009

LA ETICA DE LA VERDAD . EL LEGADO DE SERVET Y CHARLES DARWIN



Frank Ulloa Royo

Con su Teoría de la Evolución, Charles Darwin estableció las bases para la biología moderna. Hoy día, expertos en genética, en las ciencias moleculares y la biología celular toman a Darwin como el padre de la evolución de sus propias ciencias. El cura y medico español Miguel de Servet descubrió la circulacion pulmonary permitió el desarrollo de la anatomia humana. Ambos fueron grandes observadores de la vida y buscaron explicaciones mas alla del dogma. Por otra parte, hace algun tiempo un autobus empezó a circular por Londres como contradicción a las ideas religiosas que historicamente han limitado el desarrollo cientifico y hasta el disfrute de la vida, en espera de otra vida, mientras unos pocos sacan provecho de la ignorancia en su propio beneficio. ¿Es la lucha entre Dios y la ciencia?

Darwin, siempre fue criticado por su obra 'El origen de las especies' y la critica no ha cesado desde la publicación de su libro hace 150 años, a pesar del interés que pronto despertó. Unos siglos muchos científicos fueron sentenciados a tormentos y a la hoguera por pensar científicamente y tratar de superar el supuesto sentido científico de los mitos creacionistas. El avance científico ha tenido que darse muchas veces con la sangre los mártires de la ciencia.

Charles Darwin, un gran observador de la naturaleza, llega a la concluir que todos los seres vivos provienen de una misma especie. En aquéllos tiempos, una suposición así era un atrevimiento, pero Darwin tenía razón. El mejor ejemplo de ello son sus famosas aves darwinianas, todas ellas con diferentes picos: algunos cortos y gruesos, para cascar nueces y semillas, otros finos para penetrar profundamente en las flores, otros curvados o puntiagudos. La evolución les ayuda a adaptarse al su ambiente para sobrevivir.
El fraile agustino Gregor Mendel. Vivió en los tiempos de Darwin, y le enviaba los descubrimientos que obtenía mediante una línea diferente de experimentación en guisantes, cruzando plantas de diferentes tipos para observar los resultados. Mendel llamó a las características externas de los guisantes "caracteres", aunque hoy día, los "caracteres" son lo que conocemos como "genes".

En 1953, cuando yo apenas nacía, James Watson y Francis Crick encontraron la muestra química gracias a la cual cada ser vivo posee el programa para su propio desarrollo en sus células: el código del ADN, compuesto de cuatro ‘letras’ o bases nitrogenadas, el portador de la información genética. Por este hallazgo, ambos científicos recibieron en 1962 el Premio Nobel de Medicina.
Los ratones y los seres humanos comparten los genes, derivado de un ancestro común de hace cuarenta millones de años. Hoy son cientos de genes los que nos diferencian. Además, los científicos saben hoy que la evolución no se produce mediante cambios en los genes, sino por medio de diferentes activaciones de genes. Este principio de la "genética de activación" explica también que no existe un gen específico para los seres humanos.

A pesar de ello, los llamados creacionistas contemporáneos, creen que el origen humano esta en Adán y Eva, hechos a imagen y semejanza de Dios su creador. Ellos toman el relato de la Creación del Antiguo Testamento al pie de la letra: tras crear la Tierra, hacer brotar la hierba y dejar volar los pájaros, Dios culminó su obra con la creación del hombre a su imagen y semejanza. Así pensaba casi todo el mundo antes de la llegada de la edad moderna. Desde niños no se si de manera directa o por influencia familiar fuimos educados para apreciar la ciencia y no verla como una apostasía de la religión y lo religioso, que pertenece a un mundo mítico, que igual forma parte del acervo cultural. Mi padre nos sentenciaba que a falta de cultura y ciencia buenas eran las religiones. Al final de su vida aun mantenía su visión, al observar el fraude espiritual y científico de las religiones no tradicionales.
El Creacionismo, una corriente formada principalmente por cristianos evangélicos, se desarrolló en los Estados Unidos a principios del siglo XX. En 2005 convencieron al entonces presidente George W. Bush de que la teoría del Intelligent Design cuya tesis central es que la vida surgió de un ser inteligente y originario. Esos mismos son los que fanatizaron a mi abuela, -para no hablar de otras familias- y la explotaban sacándole el diezmo y dejándola en su ignorancia. Hay corrientes evangélicas minoritarias que entienden que las contradicciones entre la ciencia y las creencias no pueden llevar a negar la primera.
En esta polémica entre ciencia y religión, Miguel de Servet, cura, medico y mártir murió por realizar importantes aportes a la ciencia al descubrir la circulación pulmonar cinco siglos atrás. El escribio Christianismi Restitutio, era una respuesta al Christianismi Institutio de Calvino quien dijo a su colega, Guillerno Farel, que si Servet iba a Ginebra, no le permitiría salir con vida. Entretando, Villanueva publicaba en Lyon uno de sus más importantes trabajos: la Biblia Sacra ex Santis Pagani Traslatione (1542) y en 1553 publicó en Vienne, en secreto, mil copias de una nueva versión del manuscrito enviado a Calvino, el Christianismi Restitutio, en parte una contestación al Christianismi Institutio de Calvino. Servet, valientemente, se dirigió a Ginebra, donde Calvino gobernaba, fue apresado, juzgado por herejía y quemado vivo, con leña verde por recomendación del propio Calvino para hacerle más lenta su muerte. Entonces, la negación calvinista de la realidad científica no es nada nueva.

En contrapunto, debo decir que tuve la dicha de que los curas franciscanos de la escuela primaria a la que asistiamos hace medio siglo, ya entendían que los textos bíblicos y la teoría de la evolución darwinista no deben entenderse como una antitesis. Nos explicaban que eran distintos puntos de vista, pero igualmente entendibles, según la base de análisis fuera el lenguaje bíblico o científico. La Biblia describe la Creación en un sentido épico y abstracto, que representa la vida. Darwin intentó describir la creación y la vida de modo científico fundándose en el conocimiento acumulado por la ciencia de su época y por sus observaciones. Por que no asumir los avances científicos y mantener a los seres humanos en una visión llena de falacias y mentiras, de panderetas y ritos, que poco ayudan al desarrollo espiritual. Estudiábamos a Darwin y también las tres leyes descubiertas por el cura y científico austriaco Johann Gregor Mendel,- contemporáneo de Darwin y a quien le enviaba sus estudios de guisantes. Estos estudios vinieron a completar trabajos anteriores de otros científicos, que eran estudiados en las universidades europeas.

Darwin fue más allá de la biología de la evolución: cambió por completo nuestra visión del mundo. La vida no fue creada por un Dios organizador, sino por una “selección natural” no planificada. Se trata de un asunto fundamental: ¿Nuestros antepasados eran simios, las ratas tienen ancestros comunes con nosotros o provenimos de un pedazo de arcilla? Es nuestra responsabilidad asumir la ciencia o descartarla. Es responsabilidad de los que detentan el poder seguir usando los mitos como un medio de dominación y explotación. Sin embargo, yo estudie en una escuela católica y nunca estudiamos a Darwin como un apostata sino como un científico.

Agradezco a los frailes franciscanos su amor por la ciencia y su impulso de una verdadera espiritualidad que nos ha permitido enfrentar la vida con mayor coherencia y un respeto profundo por el universo como creación aun inexplicable para la ciencia.

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