Mahbub ul Haq
Ni los conceptos de bienestar humano, ni las redes de seguridad social, ni la inversión en educación y salud pueden ser igualados al paradigma del desarrollo humano, el cual incluye estos aspectos, pero sólo como partes de un todo. El paradigma del desarrollo humano cubre todos los aspectos del desarrollo, ya sea crecimiento económico o comercio internacional, déficits presupuestarios o política fiscal, ahorro o inversión o tecnología, servicios sociales básicos o redes de seguridad para los pobres. Ningún aspecto del modelo de desarrollo cae fuera de su alcance, pero la posición ventajosa es la ampliación de las opciones de las personas y el enriquecimiento de sus vidas. Todos los aspectos de la vida -económico, político o cultural- son vistos desde esa perspectiva. El crecimiento económico, como tal, se convierte sólo en un subconjunto del paradigma del desarrollo humano.
En algunos aspectos del paradigma del desarrollo humano existe un amplio acuerdo:
• El desarrollo debe poner a las personas en el centro de su preocupación.
• El propósito del desarrollo es ampliar todas las opciones humanas, no sólo el ingreso.
• El paradigma del desarrollo humano se preocupa tanto por desarrollar capacidades humanas (a través de invertir en las personas) como por usar completamente aquellas capacidades humanas (a través de un marco que permita el crecimiento y el empleo).
• El desarrollo humano posee cuatro pilares fundamentales: igualdad, sustentabilidad, productividad y empoderamiento. Considera al crecimiento económico como esencial, pero enfatiza la necesidad de prestar atención a su calidad y distribución; analiza detalladamente su vínculo con las vidas de las personas y cuestiona su sustentabilidad a largo plazo.
• El paradigma del desarrollo humano establece los fines del desarrollo y analiza las opciones más sensibles para lograr dichos fines.
A pesar del amplio acuerdo en muchas de estas características, existen varias controversias acerca del concepto de desarrollo humano que a menudo surgen debido a malos entendidos sobre el concepto en sí. Bastante difundido es el punto de vista errado de que el desarrollo humano va en contra del crecimiento y que sólo abarca al desarrollo social.
El paradigma del desarrollo humano tiene la opinión consistente de que el crecimiento no es el fin del desarrollo económico, pero que la ausencia de crecimiento a menudo sí lo es. El crecimiento económico es esencial para el desarrollo humano, pero necesita ser administrado adecuadamente para aprovechar al máximo las oportunidades de un mejor bienestar que ofrece el crecimiento. Algunos países han sido muy exitosos al administrar su crecimiento económico para mejorar las condiciones de vida; otros, no tanto. Por lo tanto, no existe un vínculo automático entre crecimiento económico y progreso humano y uno de los asuntos políticos más pertinentes trata del proceso exacto a través del cual se traduce, o no logra traducirse, el crecimiento en desarrollo humano bajo condiciones de desarrollo diferentes.
Existen cuatro maneras de crear los vínculos deseados entre crecimiento económico y desarrollo humano.
Primero, un énfasis en la inversión en educación, salud y habilidades de las personas puede permitirles participar en el proceso de crecimiento, así como también compartir sus beneficios, principalmente a través de empleos remunerados. Este es el modelo de crecimiento adoptado por China, Hong Kong, Japón, Malasia, la República de Corea, Singapur, Tailandia y muchos otros países recientemente industrializados.
Segundo, una mayor igualdad de distribución del ingreso y los bienes es decisiva para crear un vínculo más cercano entre crecimiento económico y desarrollo humano. Donde quiera que la distribución del ingreso y los bienes sea muy desigual (como es el caso de Brasil, Nigeria y Pakistán), las altas tasas de crecimiento del PIB no han logrado traducirse en mejoras en las vidas de las personas. El vínculo entre distribución de bienes y la naturaleza del crecimiento puede ser:
• Guiado hacia el crecimiento, con condiciones iniciales favorables en distribución del ingreso y educación masiva, incluyendo la participación de las personas en actividades económicas (China, la República de Corea).
• Con condiciones iniciales desfavorables pero con alto crecimiento acompañado de políticas públicas con acción correctiva, incluyendo la participación de las personas (Chile, Malasia).
• Con un bajo crecimiento acompañado de políticas de acción pública que entregan servicios sociales básicos, pero normalmente insostenible en el largo plazo (Jamaica, Sri Lanka).
Tercero, algunos países han sido capaces de hacer importantes mejoras en desarrollo humano, incluso en ausencia de crecimiento o de buena distribución. Han logrado este resultado a través de gastos sociales bien estructurados por parte del gobierno. Cuba, Jamaica, Sri Lanka y Zimbabwe, entre otros, lograron resultados impresionantes a través de la generosa disposición estatal de servicios sociales. Lo mismo hicieron países de Europa oriental y de la Mancomunidad de Estados Independientes (Commonwealth of Independet States-CIS). Sin embargo, dichos experimentos generalmente no son sustentables a menos que la base económica se extienda lo suficiente como para sostener la base social.
Cuarto, el empoderamiento de las personas – particularmente de las mujeres – es una forma segura de vincular el crecimiento con el desarrollo humano. De hecho, el empoderamiento debería acompañar a todos los aspectos de la vida. Si las personas
pueden ejercer sus opciones dentro de las esferas políticas, sociales y económicas, existe una buena expectativa de que el crecimiento será fuerte, democrático, participativo y duradero.
Otro concepto erróneo – estrechamente relacionado con la supuesta inclinación anticrecimiento de los modelos de desarrollo humano – es que las estrategias del desarrollo humano tienen sólo un contenido social y no un sólido análisis económico. Existe la visión creciente de que las estrategias de desarrollo humano se preocupan principalmente de los gastos de desarrollo social (especialmente en educación y salud). Algunos analistas han ido más lejos y han confundido el desarrollo humano con el desarrollo de los recursos humanos solamente, es decir, el gasto del desarrollo social apuntado a fortalecer las capacidades humanas. Otros han insistido en que las estrategias del desarrollo humano sólo se preocupan de los aspectos del bienestar humano, o incluso más estrechamente, sólo de las necesidades humanas básicas, y que tienen muy poco que decir acerca del crecimiento económico, la producción y el consumo, el ahorro y la inversión, el comercio y la tecnología o cualquier otro aspecto del marco macroeconómico.
Estos analistas hacen escasa justicia al concepto básico del desarrollo humano como un paradigma de desarrollo holístico que abarca tanto fines como medios, tanto productividad como igualdad, tanto desarrollo social como económico, tanto bienes materiales como bienestar humano. En el mejor de los casos, sus críticas están basadas en un malentendido del paradigma del desarrollo humano. En el peor de los casos, ellos son el producto de mentes enfermizas.
INSTITUTO PARA EL CAMBIO GLOBAL. FUNDACION WITAICON
martes, 7 de abril de 2009
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Sí es todo un paradigma y depende de la perspectiva con que la miramos.
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